Hoy compartimos en el blog la boda de Maria y Juan. Los dos son arquitectos y el trabajó los unió y su historia acabó en esta preciosa boda de invierno. Todas las fotos son de Momenta Bodas. Espero que os gusten y os dejamos con las imágenes y los comentarios sobre todos los proveedores que participaron en la boda
Maria levaba unos pendientes antiguos de su madrina con forma de hoja que seguia la idea del dibujo natural del bordado de la espalda hecho por Carmen Maria Maynz, al igual que el adorno del peinado.
Los zapatos fueron hechos a medida y son únicos, fue un regalo de Chencho dueño de la tienda LA MARCA en Ortega y Gasset.
Llevaba el anillo de pedida regalo del novio y la alianza de brillantes que me regaló su abuela.
El vestido es una pieza realizada por Manuel de Vivar. “Hizo que fuese una experiencia única. Da un trato privado, exclusivo y personalizado. Se vuelca al máximo, da el 100% y más, vive por y para la novia que tiene en ese momento. Yo no tengo hermanas, y Manuel fue como mi hermana, madre, hermano, amigo TODO a la vez. Es sincero, y te dice a la cara si algo no te favorece. Capto a la primera la idea que yo tenía. Su manera de trabajar es presentar su propuesta cosiéndote telas en tu propio cuerpo en la 2º cita!! Sin dibujos, ni nada, directamente sobre tu cuerpo para no tener que imaginar el vestido, sino verlo in situ. Fue genial!”
El vestido era de un crep con textura con una capa espectacular, que tapaba la espalda y hacia de cola para la iglesia, y luego en el banquete se quitaba y se convertía en un vestido sin perder movimiento.
El ramo lo realizó Inés Urquijo. Era muy fresco, en tonos verdes y blancos.
La ceremonia se celebró en la Basilica de San Miguel. El cura fue Juan Isasa el entrenador de hokey del padre del novio en el colegio y gran amigo suyo.
Las decoración de la iglesia la realizo Mar Bataller, y quedó espectacular toda la entrada llena de arboles.
El banquete fue en las Jarillas. Les encantó el sitio, por su experiencia, buen hacer, el catering de la cococha que no falla núnca y no deja de actualizarse. La finca no se encuentra muy lejos de Madrid. Y sobretodo les gusto su invernadero, ya que al casarse en invierno, este espacio único que tienen permite estar en un sitio cubierto pero a la vez en el exterior.
La novia siempre le decía a su chico que tenía buena voz cuando cantaba en la ducha así que le sorprendió cantando “Pretty woman” con la banda delante de todos los invitados.
¿Qué os ha parecido esta boda de invierno?
Bisous!
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